Planta de Candelilla

El nombre común de la planta “Candelilla”, parece provenir de la forma particular de los tallos del arbusto largos, rectos, erectos y recubiertos de cera los cuales presentan la apariencia de pequeñas velas (“candles” en el idioma Inglés). Algunas otras versiones indican que la hierba de Candelilla se quemaba directamente para iluminación, haciendo las funciones propias de una vela.

La planta de Candelilla pertenece a la familia de las Euforbiáceas, nombre común de una extensa familia de plantas con flores de aspecto similar a los cactos de quiénes se diferencian claramente por el látex lechoso que contienen las Euforbiáceas.

La planta crece normalmente en zonas de clima semi-desértico, principalmente en laderas de suelo calcáreo, asociadas con formaciones de material rocoso. La raíz de la planta es relativamente pequeña, aunque una planta de tamaño moderado puede desarrollar más de 100 tallos de color verde grisáceo, con dimensiones típicas de 30-60 cm de largo y de 0.1-1.0 cm de diámetro, dando lugar a la formación de arbustos de un tamaño aproximado de 90 cm de diámetro.

La planta de Candelilla se llena de pequeñas flores color de rosa en la temporada de lluvias. Las formaciones de Candelilla son más abundantes en elevaciones del orden de 800 m y se asocian comúnmente con el crecimiento de plantas de lechuguilla, sotol, pasto chino, ocotillo y cactos diversos. La planta de Candelilla es muy resistente al ataque de plagas y enfermedades y se consume de forma muy limitada por algunas especies de la fauna silvestre que existe en la región.

En 1829 el Botánico J.G. Zuccarini describió por vez primera a la planta de Candelilla con el nombre científico Euphorbia Antisyphilitica, reconociendo las propiedades medicinales del jugo de la planta como un remedio utilizado por los indígenas para tratar la enfermedad venérea de la sífilis. En la actualidad, la Candelilla se considera útil para el tratamiento de padecimientos diversos.

Una nueva clasificación de la Candelilla fue presentada en 1909 por G. Alcocer, quién la nombró Euphorbia Cerífera, destacando las propiedades de la planta para la generación de cera, la cual le sirve como elemento de protección y sello para la retención de humedad.

Durante la época de lluvias, los tallos de la Candelilla se llenan de una savia espesa, la cual en la época de secas recubre el tallo con cera para evitar la evaporación. Aún en épocas de sequía severa, el mecanismo protector de la Candelilla ha demostrado su efectividad.

Hace casi un siglo, The Journal of the Royal Society of Arts declaró que “la planta silvestre conocida como “Candelilla” contiene cera de excelente calidad y en suficiente cantidad, lo que le convierte en una especie sumamente valiosa”. La explotación de la Candelilla en estado silvestre para la producción de cera se convertiría, desde entonces, en una de las actividades económicas más importantes, en todas aquellas zonas rurales donde crece la planta de Candelilla.

Existen otras plantas capaces de generar “cera de Candelilla”, tales como la Pedilanthus Pavonis Boissier y la Pedilanthus Aphyllus Boissier. Sin embargo, estas plantas presentan un menor rendimiento de cera, así como menores puntos de fusión y un menor valor de saponificación en comparación con la cera producida en las plantas del género Euphorbia.